DOQ Priorat – La vid entre las piedras

LOCALIZACIÓN E HISTORIA

Entre las dos únicas regiones de España con la Denominación de Origen Calificada (D.O.C.) se encuentra el Priorat, en Tarragona, un área de colinas negras donde se han producido vinos tintos de un rojo vibrante durante más de ocho siglos. Su historia se remonta a los monjes cartujanos del siglo XII, que trajeron desde la Provenza los conocimientos y las técnicas para desarrollar una viticultura muy resistente. Los restos de aquella época siguen proporcionando un aire de misterio entre los visitantes. No obstante, la zona ha saltado a la fama en la última década, después de que los productores hayan aplicado nuevas tecnologías y apostado por otro tipo de viñedos, con variedades tanto francesas como autóctonas.

SUELOS

Estamos en el territorio de la ‘llicorella’, una piedra laminar y quebradiza donde penetran las raíces de las cepas en búsqueda de humedad. Esta es una de las principales particularidades de la vid del Priorat, que crece sobre un lecho de roca. El suelo tiene muy poca profundidad, apenas una capa, antes de llegar a las piedras y los materiales de la era paleozoica, principalmente pizarras, por lo que el contenido en materia orgánica es bajo. Sin embargo, esto acrecienta la resistencia de la vid, acostumbrada a hundir sus raíces profundamente para hallar nutrientes.

CLIMA

El relativo aislamiento respecto a la influencia del mar y, a la vez, la protección que ofrece la sierra de Montsant a los vientos fríos del norte, confieren a la zona de la DOQ Priorat unas condiciones climáticas bien peculiares. En general, el clima más extendido es el continental, aunque hay marcados contrastes entre los valles y las tierras altas. Los veranos son largos, secos y calientes, aunque la temperatura puede caer a cero en invierno. Las heladas y el granizo aparecen ocasionalmente, al igual que el excesivo calor del verano, por lo que hay marcadas desigualdades térmicas. La precipitación promedio es de 550-600 mm.

TIPO DE UVA

La uva clásica del Priorat es Garnacha Tinta, que se puede encontrar en la mayoría de los viñedos más antiguos, aunque recientemente está habiendo una fuerte apuesta por la Cariñena. También se autorizan Garnacha Peluda, Cabernet-Sauvignon, Merlot, Syrah y Cabernet. Hay tres variedades de uva blanca (Garnacha Blanca, Macabeo Pedro Ximénez y Chenin Blanc) y además se hace vino rosado con Garnacha tinta. Los rendimientos tienden a ser muy bajos por la dureza del suelo empedrado, pero a cambio el proceso de producción resulta muy cuidadoso.